Isabel Sanchis y un lujo que perdura en el tiempo
- Julieta Rey
- 27 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr
Barcelona fue testigo de una de las presentaciones más aplaudidas de la Bridal Fashion Week: la colección de novias de Isabel Sanchis, que no solo conquistó al público, sino que fue galardonada con el premio Best Wedding Dress en los Barcelona Bridal Fashion Week Awards. La firma valenciana, reconocida por su elegancia estructural y su enfoque artístico, llevó al escenario una propuesta nupcial que combina la sofisticación del lujo con un compromiso profundo con el trabajo artesanal. Vestidos que parecen flotar, detalles que emocionan y un sello creativo que desafía lo predecible: así se vivió uno de los momentos más destacados de la semana.

"Cuando pienso en diseñar una colección de novias, siempre me imagino vestidos bonitos, especiales, pero dirigidos a cualquier tipo de mujer", comenta Paula. Esa visión se traduce en una propuesta ecléctica y versátil, donde conviven vestidos cortos bordados con cinturones metálicos, piezas largas con micro plisados y siluetas que alternan lo romántico con lo vanguardista. Las flores, el emblema de la casa, que se reinventan en formato 3D, emergiendo de los tejidos como si brotaran naturalmente, convirtiendo cada pieza en una pequeña obra de arte.
La mujer que viste Isabel Sanchis no busca simplemente un vestido bonito: quiere contar una historia. "La novia Isabel Sanchis es una mujer atrevida, que quiere destacar, pero que también ama el patronaje y la artesanía," explica Isabel. Y ese equilibrio entre carácter y sensibilidad es el hilo conductor de toda la colección. Cada detalle está pensado para emocionar, para dejar una huella. Es una novia que celebra la diferencia, que se anima al volumen, al bordado extremo, y que entiende que lo hecho a mano tiene un valor que va más allá de la moda.
Uno de los grandes momentos del desfile fue la aparición de los llamados “vestidos inteligentes”, piezas que integran tecnología para generar movimiento en elementos como pétalos y apliques. "Les llamamos vestidos inteligentes porque parece que tengan vida", cuentan las diseñadoras. Este cruce entre innovación y poesía visual refuerza la idea de que lo tradicional puede convivir con lo futurista sin perder encanto ni profundidad.
Finalmente, la colección también propone una reflexión sobre la sostenibilidad desde lo emocional y lo estético. "Con la artesanía se consiguen vestidos únicos, que se pueden guardar, que no se deben tirar, y eso es muy bueno para el planeta y para todos. Es imposible no guardarla, toda bordada a mano." dicen. Cada pieza lleva semanas de trabajo, desde los plisados hechos a mano hasta los bordes de encaje aplicados con precisión. No se trata solo de lujo, sino de construir legado: prendas que puedan pasar de madre a hija, de generación en generación, como un símbolo de amor y belleza duradera.
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